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2.
Article in Spanish | LILACS-Express | LILACS | ID: biblio-1508890

ABSTRACT

Las mujeres con antecedentes de cáncer de mama suelen experimentar síntomas vasomotores más severos y frecuentes que la población general. Numerosos trabajos han demostrado que los síntomas vasomotores (SVM) son los efectos adversos más frecuentes de la terapia adyuvante, y que hasta 20% de las pacientes con cáncer de mama considera discontinuar el tratamiento debido a estos síntomas, a pesar de su beneficio en la reducción de la recurrencia. Mientras que la terapia sustitutiva hormonal (THM) es usada regularmente en mujeres sanas para tratamiento de los SVM, está contraindicada en pacientes con antecedente de cáncer de mama. Existen muy pocos datos clínicos sobre las intervenciones no farmacológicas, y el papel de las terapias alternativas y complementarias sigue siendo controvertido. La revisión de la literatura da cuenta de que estos agentes farmacológicos, los inhibidores de la recaptación de serotonina-norepinefrina (IRNSs), los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (IRSs), los antihipertensivos y los anticonvulsivos, disminuyen la intensidad y frecuencia de los SVM, demostrando una mejoría clínicamente significativa. Sin embargo, algunos IRSSs e IRSNs son potentes inhibidores del citocromo P450 2D6 (CYP 2D6), lo que impacta en la concentración de endoxifeno, debiendo ser evitados en pacientes tratadas con tamoxifeno. Son una opción el citalopram y la venlafaxina, si bien su consecuencia sobre la recurrencia y supervivencia del cáncer de mama es controvertida. La eficacia en el tratamiento de los SVM con antidepresivos es menor que con estrógenos y hay pocas publicaciones comparando ambos tratamientos. Faltan datos sobre el lapso de la indicación. Dos fármacos antiepilépticos también han demostrado efectividad, la gabapentina y la pregabalina. Algunas investigaciones comparativas están en curso, y habrá que esperar sus resultados para individualizar cuál es el óptimo en el manejo de los síntomas menopáusicos en mujeres que han padecido cáncer de mama.


Women with a history of breast cancer tend to have more severe and frequent vasomotor symptoms than the general population. Numerous studies have shown that vasomotor symptoms (VMS) are the most frequent adverse event of adjuvant therapy, and that up to 20% of breast cancer patients consider discontinuing treatment because of these symptoms, despite their benefit in the reduction of recurrence. While hormone replacement therapy (HRT) is regularly used in healthy women to treat VMS, it is contraindicated in patients with history of breast cancer. There are few clinical data on non-pharmacological interventions, and the role of alternative and complementary therapies remains controversial. The review of the literature reveals that these pharmacological agents, serotonin-norepinephrine reuptake inhibitors (SSRIs), selective serotonin reuptake inhibitors (IRSs), antihypertensives and anticonvulsants, decrease the intensity and frequency of VMS, demonstrating a clinically significant improvement. However, some IRSSs and SSRIs are potent inhibitors of cytochrome P450 2D6 (CYP 2D6), which impacts on the concentration of endoxifen and should be avoided in patients treated with tamoxifen. In this case, citalopram and venlafaxine are a better therapeutic option, although there is some controversy regarding its consequences on recurrence and survival of breast cancer. The efficacy in the treatment of VMS with antidepressants is lower than that achieved with estrogens and there are few publications comparing both treatments. Neither is clear the optimal treatment duration. Two antiepileptic drugs have also shown to be effective, gabapentin and pregabalin. Some comparative studies are in progress and it is probably necessary to wait for their results to identify the optimal option in the management of menopausal symptoms in women who have had breast cancer.

3.
Rev. Hosp. Ital. B. Aires (2004) ; 36(1): 19-28, mar. 2016. graf, ilus, tab
Article in Spanish | LILACS | ID: biblio-1147777

ABSTRACT

Cuando hablamos de sexualidad humana debemos saber que estamos hablando de una compleja y cambiante interacción de factores biológicos y socioemocionales altamente influenciables por la familia, la religión y los patrones culturales. Esto se ve en los hombres y en las mujeres, especialmente en las mujeres. La sexualidad es un concepto intuitivo que cuesta definir. Según la Organización Mundial de la Salud, se define salud sexual como "un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad, la cual no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad". Es una definición que tiene en cuenta varios conceptos, muy importantes todos ellos. La respuesta sexual consiste en una serie de cambios neurofisiológicos, hemodinámicos y hormonales que involucran al conjunto del organismo. Si bien es similar en ambos sexos, en las mujeres no siempre el inicio y la progresión se correlacionan en forma sistemática o lineal como en los hombres. Y de ese intrigante devenir de la respuesta sexual femenina surge la dificultad del diagnóstico de la "disfunción sexual femenina". Podríamos resumirla en "un conjunto de trastornos en los que los problemas fisiológicos o psicológicos dificultan la participación o la satisfacción en las actividades sexuales; lo cual se traduce en la incapacidad de una persona para participar en una relación sexual de la forma que le gustaría hacerlo"16. La menopausia es percibida por muchas mujeres como el fin de la sexualidad, y no solo como el fin de la vida reproductiva. Si bien es cierto que en esta etapa la actividad sexual suele declinar y puede verse afectada por una serie de factores hormonales, psicológicos y socioculturales, para la mayoría de las mujeres la sexualidad sigue siendo importante. Debemos comprender que la disfunción sexual femenina, en cualquier etapa de la vida, es multicausal y multidimensional. A la hora de realizar el abordaje de una paciente, debemos tener en cuenta todos los factores involucrados y saber con qué herramientas contamos. El abordaje terapéutico clásicamente incluye la terapia psicológica y la terapia hormonal. Sin embargo, recientemente se ha incorporado una nueva droga recientemente aprobada por la FDA de los Estados Unidos para el tratamiento del deseo sexual hipoactivo en la mujer: el flibanserín, un psicofármaco que actúa a nivel de mediadores del deseo sexual en el sistema nervioso central, favoreciéndolo. (AU)


When we talk about human sexuality, we know that we are talking about a complex and changing interaction between biological and socioemotional factors, which are highly influenced by society, family, religion and cultural norms. This can be seen in men and women especially in women. Sexuality is an intuitive concept difficult to define. According to the World Health Organization, it is defined as "A state of physical, emotional, mental and social well being related to sexuality, which is not merely the absence of disease, dysfunction or disabilityˮ. It is a definition that takes into account several concepts, all very important. Sexual response is a series of neurophysiological, hemodynamic and hormonal changes involving the whole body. While similar in both sexes, women are not always the onset and progression correlate systematically or linearly as in men. And that intriguing evolution of the female sexual response, the difficulty of diagnosis of "female sexual dysfunctionˮ. We could summarize it in "a group of disorders in which the physiological or psychological problems impede participation or satisfaction in sexual activities; which results in the inability of a person to participate in a sexual relationship the way she or he would like to do itˮ16. Menopause is perceived by many women as to the end of sexuality, not only as the end of reproductive life. Sexual activity declines with age, and may be affected by a number of hormonal, psychological and sociocultural factors, but, for most women it continues to be important. We must understand that female sexual dysfunction, at any stage of life is multicausal and multidimensional. When approaching a patient, it is important to know all the factors that are involved, and which tools we have for deal with it. Classically, the therapeutic approach has consisted of psychological therapy and hormone therapy. However, we have to consider a recently approved drug by the FDA for the treatment of hypoactive sexual desire in women: Flibanserin. It is a psychotropic substance that acts on the mediators of sexual desire on the central nervous system favoring it. (AU)


Subject(s)
Humans , Female , Middle Aged , Aged , Aged, 80 and over , Climacteric/physiology , Sexual Dysfunctions, Psychological/drug therapy , Quality of Life , Steroids/administration & dosage , Testosterone/administration & dosage , Benzimidazoles/administration & dosage , Climacteric/psychology , Menopause/physiology , Menopause/psychology , Dehydroepiandrosterone Sulfate/therapeutic use , Sexuality/physiology , Sexuality/psychology , Sexual Dysfunctions, Psychological/physiopathology , Sexual Dysfunctions, Psychological/therapy , Estrogens/therapeutic use , Sexual Health/statistics & numerical data , Asexuality , Antidepressive Agents/therapeutic use
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